domingo, 22 de abril de 2012

cesar izquioerdo

 Cesar Izquierdo

César Izquierdo, maestro del dibujo nacido en Guatemala en 1937, abre la puerta de su casa con un sonrisa quieta, blanca y quizá la mayor emoción la transmiten sus ojos, esas ventanas redondas, oscuras por las que han entrado la mayoría de sus obras. Pasamos el jardín, los perros, un pasillo estrecho que conecta hacia la sala. Sentados, tomamos café plácidamente. Él recuesta su espalda en el sofá y su mirada caza formas en el aire, imaginando otro tiempo, hasta que regresa la vista hacia el humo del café y me pregunta: ¿Comenzamos?

-José Roberto Leonardo: ¿Por qué elige al dibujo como su expresión artística?

- César Izquierdo: Porque da la oportunidad de ser más expresivo. Por ejemplo, el dibujo que yo realizo es expresionista. No tiene de ninguna manera un carácter pasivo, sino activo, entonces agiganto intencionalmente algunas manos, pies o cabezas para darle una impresión el espectador y precisamente esa impresión, se llama estado de ánimo. Todas las personas en diferentes estados de ánimo no se dan cuenta que encrespan las manos o los dedos de los pies, y ante esto, la mayoría de dibujantes se fijan solamente en la cara. En cambio, yo quiero que sea el cuerpo el que refleje un estado de ánimo completo.

- JRL: ¿Cree que el arte del dibujo y pintura nace de expresiones oníricas, es decir, del sueño o de imágenes captadas en la vida real?

- CI: En mi caso, yo parto de la realidad. Creo que la interpretación de los sueños es algo muy difícil o casi imposible. Más bien me parece que es un invento de los surrealistas el decir, “lo onírico”, porque es cierto que sueño a veces o quizás todos los días, pero no para dibujar esas cosas, no traduzco los sueños. Digamos, si yo veo una persona que cojea y me motiva, en ese momento hago un dibujo de un personaje cojo, y lo pongo dramático para que se sienta la molestia

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